Arjuna:
Desde occidente nos cuesta reconocer las diferencias, en la forma o
en la esencia, de las grandes líneas del budismo, Mahayana, Hinayana…
¿qué nos dirías?¿En realidad hay diferencias
muy notables?
Lama Tashi: La diferencia está
en la forma de aplicar los medios hábiles o técnicas y
en el criterio general. Un ejemplo clásico que ilustra bien la
diferencia entre Hinayana, Mahayana y Vajrayana es comparar nuestro
estado de confusión con un vaso con veneno. Según el Hinayana,
en el cual lo principal es salir de la situación del sufrimiento,
las técnicas o medios hábiles están enfocadas a
la protección del sufrimiento aplicando la renuncia, se trataría
de apartar el veneno de nosotros como algo dañino. A nivel filosófico,
en el Hinayana las enseñanzas se enfocan desde la ausencia de
identidad del yo, puesto que éste es la raíz del sufrimiento
y el medio hábil es la protección respecto a no involucrarse
en situaciones de peligro de la vida ordinaria, enfocando ésta
en un entorno monacal; de hecho el ideal de vida sería el del
monje.
En el Mahayana o gran vehículo hay unos medios hábiles
que trabajan de un modo más amplio. Su visión filosófica
es también la ausencia de identidad del individuo, pero también
añade la ausencia de identidad de todos los fenómenos
del universo. Hay un cultivo del amor y la compasión de una manera
más amplia o universal. Para llegar a la comprensión de
que todos los fenómenos carecen de identidad propia y para entrenarse
en el cultivo del amor y la compasión, la involucración
en las situaciones de conflicto son necesarias, puesto que el roce con
la vida forma parte del entrenamiento del bodhisattva, permitiéndole
confrontar su tendencia al escapismo y otras situaciones, ya que si
no hubiera ese roce con la vida no habría ocasión para
practicar. Volviendo al ejemplo anterior, se compara a beber el vaso
de veneno, pero éste no daña al practicante porque tiene
el antídoto de que todos los fenómenos son vacuidad (carecen
de identidad propia independiente).
Por último, el Vajrayana sería un aspecto del Mahayana
en el cual hay unos medios hábiles o técnicas de yoga
y otras procedentes tanto del tantrismo como del chamanismo tibetano
(recordemos que el Vajrayana adoptó en Tíbet un estilo
particular), pero cuya base es la misma que en los anteriores vehículos,
es decir, la ausencia de identidad de todos los fenómenos y del
yo, así como el cultivo del amor y la compasión de un
modo amplio; sin embargo, allí donde el Mahayana entraría
a relacionarse con el entorno en el cultivo de la compasión y
en la apertura de corazón que le llevaría a madurar la
apertura de conciencia y ver la no sustancialidad de todos los fenómenos,
en el Vajrayana se añade el criterio de que todo es puro desde
el origen. Uno se sitúa, a nivel del resultado, en el cultivo
de esa visión pura que es consecuencia de la apertura de corazón
y de relacionarse con los obstáculos de un modo distinto (no
con aversión, sino como formando parte del camino), surgiendo
una ausencia de temor al relacionarnos con las cosas de otro modo. En
este caso, se dice que no sólo puedes beber el vaso con veneno
(al ser antídoto no hace daño), sino que incluso el mismo
tóxico del veneno permite que puedas cultivar todas las realizaciones.
Por eso, un símbolo del Vajrayana es el pavo real: se dice que
las plumas del pavo real, su color metalizado, provienen de sustancias
tóxicas que puede comer el pájaro, mientras que a otros
les haría daño.
Lo que hay que comprender es que los tres vehículos no son excluyentes,
sino que forman un proceso parecido a esa muñecas chinas que
van encajándose una dentro de otra. Un practicante que considere
que está en el Vajrayana aplica también las instrucciones
del Hinayana y del Mahayana porque también son edades de la persona.
Uno no puede integrar ciertas cosas de repente, sino funcionar de un
modo más perfeccionista, ya que si nos involucramos de un modo
directo, la confusión puede ser más poderosa que nosotros,
siendo en este caso lo correcto apartarse de la situación, aunque
con la idea de que el aspecto negativo no está en la situación
en sí, sino en el modo en que nos relacionamos con ella, utilizando
la situación conflictiva no para cultivar la aversión
hacia el mundo o hacia otros aspectos negativos, sino ver que es nuestra
relación con la situación (como la falta de compasión,
de sabiduría) lo que hace que esa persona se aparte.
Eusebio:¿Se puede decir que en
el vehículo del Vajrayana es el propio tóxico no que nos
libera?
Lama Tashi: El tóxico
no libera en el Vajrayana, sino que es incorporado como una cualidad.
El practicante sería como un alquimista que puede transformar
dicho tóxico. La transmutación viene del enfoque del Mahayana,
es decir, de la comprensión de la vacuidad y el amor y la compasión
inseparables de la pureza fundamental de todo.
Eusebio: ¿Es esto aplicable a nuestro
modo de trabajar los pensamientos en la meditación?
Lama Tashi: Nuestro modo de trabajar
con los pensamientos no tiene ese nivel. En el sentido de utilizar la
misma lucidez que percibe el pensamiento para incrementar la lucidez
puede estar conectado, pero no es lo mismo, puesto que esto serían
prácticas más avanzadas.
Eusebio: Tú enseñas a tus
estudiantes la meditación Shiné desde la perspectiva de
prácticas más avanzadas del Vajrayana como el Dzogchen
o el Mahamudra. ¿Puedes hablarnos sobre ello?
Lama Tashi: Trabamos con el Shiné
desde una perspectiva más avanzada porque estamos potenciando
la experiencia de la apertura y la claridad durante el proceso, así
como la interrelación de los medios hábiles, que es un
modo que nos acerca a la experiencia. En este caso potenciamos el amor
y la compasión unida a la comprensión de no sustancialidad.
Igualmente, para comprender la no sustancialidad también nos
basamos en la lucidez desnuda de etiquetación. Todo esto son
instrucciones de prácticas más avanzadas que el Shiné.
Puedes acercarte a una práctica desde un criterio u otro y el
que nosotros estamos trabajando es el Vajrayana. La manera de dar las
instrucciones son del Vajrayana.
Arjuna: Para nuestra mente inquieta, la
disciplina de sentarse en meditación es un suplicio. ¿Qué
pasos básicos aconseja la meditación Shiné para
iniciarse en
esta vía?
Lama Tashi: Eso siempre le pasa
a todo el mundo que se sienta a meditar por primera vez. Lo que hay
que hacer primeramente es seguir las instrucciones de alguien que tenga
experiencia y mirar cómo te relacionas con la experiencia de
estar sentado; por ejemplo, ¿de dónde viene la irritación?
Muchas veces la irritación tiene que ver con el rechazo; en ese
caso habría que cambiar el rechazo por un antídoto, como
es la tolerancia y el abrir. Contra más abres, menos suplicio
o irritación hay pues ésta viene de la lucha contra lo
que aparece (normalmente el rechazo del pensamiento).
Pero si no hay que rechazar el pensamiento, ¿quiere esto decir
que hay que dejarse llevar por los pensamientos? No, esto sería
una distracción. ¿Qué tengo entonces que hacer?
Hace falta un instructor; éste te va a decir que aproveches la
irritación para darte cuenta de cómo te relacionas con
los pensamientos para que cambies la manera de relacionarte con ellos.
Eusebio: Tu método trabaja simultáneamente
el cultivo de la atención con un reconocer desnudo de etiquetación.
¿Hay que incorporar el movimiento de los pensamientos en la meditación?
Alguna vez has dicho que lo realmente importante no es tener la mente
en calma, sino descubrir la mente; sin embargo, ¿no es el objeto
de la meditación llegar a la quietud o calma mental? ¿Cómo
integrar el movimiento de los pensamientos dentro de la supuesta calma?
En tus enseñanzas dices que el surgimiento del pensamiento y
la sabiduría que reconoce son simultáneos...
Lama Tashi: La práctica
del Shiné es muy importante porque permite estabilizar la mente.
Un ejemplo tradicional es comparar la mente al océano y los pensamientos
al oleaje que hay en el océano. La práctica de Shiné
consiste en serenar el océano. Para alcanzar esa serenidad, si
vamos con la idea de que calmar la mente como si las olas que surgen
en la mente son diferentes de la propia mente, nos lleva a un error;
es decir, a buscar una calma en la cual el pensamiento y el espacio
en que éste surge son considerados como algo diferente. Esto
lleva a prácticas en la cual aparece una calma artificiosa que
no está unida a la sabiduría que reconoce que el pensamiento
es como una ola y la mente es el océano, es decir, mente y pensamiento
son lo mismo. Esto es fundamental.
¿Por qué dice la Lama que no hay que ir a buscar la calma?
Porque ir a buscar la calma es ir a buscar un pensamiento o idea a propósito
de la mente. Cuando se parte de esa idea, uno rechaza lo que ve: si
lo que ve son pensamientos, rechaza el pensamiento porque persigue una
idea de lo que tiene que ser la meditación y fácilmente
cae en procesos de retención de pensamientos o de intentar vaciar
la mente de pensamientos. Ambos son errores. ¿Por qué?
Porque el pensamiento es la claridad misma de la mente, y la naturaleza
de la mente es claridad.
Eusebio: ¿Por qué hace falta
serenar la mente?
Lama Tashi: Serenar la mente
es extremadamente importante, puesto que nos permite descubrir cuál
es la naturaleza de la mente, es decir, qué es el pensamiento,
qué es el espacio donde éste surge y cómo surgen
los pensamientos. Ambas cosas tienen que ir unificadas. Hay que llegar
a un estado de serenidad a través de la sabiduría que
ve. Esta necesaria porque sin ella la mente es incapaz de penetrar en
estados de profundidad en la meditación, y se quedaría
en la superficie de la distracción del pensamiento. Sin embargo,
un practicante avanzado, aunque descubra de vez en cuando un pensamiento,
no se distrae, pues es capaz de utilizar la misma lucidez que ve el
pensamiento para incrementar la lucidez de la práctica de la
meditación, ya que unifica la lucidez con el espacio. Pero ésta
no es la forma de meditar de un principiante. Para el principiante que
considera que el pensamiento, el que piensa y el espacio en que surge
son distintos, cualquier pensamiento que surja le atrae y se involucra
en él. Entonces ve la ola pero no ve el océano; si viera
que la ola surge en el océano y que ambos son lo mismo, no habría
realmente distracción, sino que habría conciencia o sabiduría
de la no separación entre el que ve el pensamiento y el espacio.
Las instrucciones que doy son Shiné para serenar la mente porque
gracias a ello la mente se vuelve más dócil y nos obedecerá
en las propuestas que le demos. Por ejemplo, si decimos, "lleva
la atención al canal central", se situará en dicho
canal, y así en las diferentes prácticas. Sin embargo,
no solamente será dócil, sino que por el modo que tenemos
de trabajar hay paralelamente una comprensión vivencial de cómo
es la mente. Esto es extremadamente importante. Uno ve cómo surgen
los pensamientos, por qué surgen, cómo surge la agitación,
cómo aprovechar la energía del pensamiento, cómo
quedarse en la apertura clara de la mente, cómo integrar el movimiento
como siendo parte de la naturaleza de la mente..., todo eso es fundamental
para un meditador porque de lo contrario no descubre lo que es la mente
en sí.
Eusebio: ¿Y es así como
empiezas a trabajar con tus estudiantes?
Lama Tashi: Exactamente. Por
eso el tipo de enfoque que damos es un Shiné que está
impregnado de enseñanzas Mahamudra y Dzogchen. Cuando la mente
sea dócil y pasemos a Vipasana o a otras prácticas superiores,
el estudiante tendrá a la vez la sabiduría de haber vivenciado
no solamente un estado de calma en el sentido de aquietamiento, pues
hay muchas cosas que pueden calmar la mente, como recitar muchos mantras,
una buena sesión de yoga, etc., pero no sólo se trata
de aquietarla o despejarla: se trata de comprender directamente a nivel
vivencial lo que es la mente. Podríamos leer un libro o un tratado
sobre meditación, pero leer un tratado y vivenciar no es lo mismo.
Vivenciarlo en ti es lo que te libera, porque ves y, cuando empiezas
a ver, es como el que ve el truco a un ilusionista. Cuando se unifica
la sabiduría que ve con la habilidad del entreno (la docilidad
a la que va acostumbrándose la mente), acabamos desembocando
en un Shiné con conocimiento, muy unificado a Vipasana, que es
la práctica que viene a continuación.
Eusebio: Algunos estudiantes que asisten
a tus cursos por primera vez te preguntan por qué no empezar
a meditar directamente sin soporte o por qué no comenzar antes
con la meditación Vipasana. ¿Esto está conectado
con lo que has explicado?
Lama Tashi: Naturalmente. Es muy fácil confundir
la calma con estados de evasión o de sopor sutil. Si un principiante
empieza a meditar directamente sin soporte, no descubre lo que es el
sopor sutil y lo que es la evasión. Pero si tienes la propuesta
de tener la atención en el soporte, ésta te muestra si
caes en la evasión (porque en este caso no hay conciencia del
soporte) o si caes en el sopor sutil (en este caso ves el soporte de
una manera turbia). La conciencia de estar atento al soporte permite
que el aspecto de la claridad no se descuide.
Eusebio:¿La claridad tiene que
ver con el movimiento? ¿Qué relación hay entre
el espacio abierto y la claridad?
Lama Tashi: La claridad es también
movimiento. El espacio y la claridad son lo mismo, es la apertura del
desbloqueo de la lucidez; y este desbloqueo incluye movimiento, o sea,
es el aspecto de energía del espacio (también podríamos
descubrirlo como el juego creativo de la claridad).
Eusebio: Si los pensamientos son claridad
y movimiento, ¿quiere esto decir que es positivo que se presenten
pensamientos en nuestra meditación?
Lama Tashi: Hay que reposar y
gozar de la claridad del pensamiento, no cabrearse con los pensamientos.
En la práctica del Shiné no importa el contenido del pensamiento.
Lo que hay que descubrir es que debido a nuestra relación con
la apariencia del pensamiento que surge, da la ilusión de que
el pensamiento y el que lo percibe son autónomos. En cuanto surge
la conciencia del pensamiento, y nos apegamos a la claridad que percibe,
aparece el pensamiento (lo percibido) como si fuera algo autónomo.
A continuación, parece que hubiera una cierta distancia o relación
con lo que ves, y aparece entonces el apego y rechazo, la etiquetación
conceptual, etc., pero todo ese proceso pasa por alto para nosotros
normalmente, pues confundimos la etiquetación con la sabiduría,
creyendo que aquélla es la inteligencia que ve y que el pensamiento
es algo autónomo o diferente del que lo ve y del espacio en el
que surge.
Por tanto, cuando una persona está meditando en Shiné,
no se trata sólo de serenar el movimiento, sino de descubrir
el proceso que hemos descrito. Descubrir este proceso es lo que libera
la mente en el seno de la claridad serena. Una vez sucede esto, se puede
pasar a niveles superiores de práctica en los cuales uno descubre
que el que percibe y lo que es percibido no son autónomos, siendo
capaz de dejar la lucidez libre de separación. Cuando además
fusionamos esa lucidez con el espacio en tanto que no ejerce ninguna
posesividad sobre el proceso de lucidez, entonces es cuando se puede
empezar a vivenciar que el movimiento, el espacio y la claridad son
a la vez. Si a la sensación de ilusión que nos da la apariencia
del movimiento que parece que se manifiesta en un sitio y desaparece
en otro, te das cuenta que es una ilusión, esa sensación
desparece.
Eusebio: “Es entonces, al reconocer
que todos los fenómenos son una manifestación de la clara
luz de la mente cuando trascendemos la separación entre samsara
y nirvana”, son palabras de tu maestro (Khenpo Tsultrim Gyamtso
Rimpoché).
Lama Tashi: Exactamente. Consecuencia
de esto es una habilidad en poder entrar dentro del movimiento emocional,
dentro del juego de la propia mente. Uno cambia su manera de relacionarse
con las cosas y es capaz de utilizar la confusión en el sentido
de que puede ver que el mismo movimiento de la emoción (la sensación
de que hay alguien a quien le está pasando eso) no es más
que un juego de la mente. Sin embargo, con esto no estamos diciendo
que no exista. La tendencia hacia el eternalismo, que es la fijación
en la creencia de que las apariencias son autónomas y que exiten
por sí mismas, no es sustituida por una idea de que las cosas
no existen (nihilismo); lo que uno descubre es el no bloqueo del juego
claro de la conciencia y, en el seno de este juego de la apertura, aparecen
todas las cualidades propias de la mente despierta (amor, compasión
y todas las cualidades que son parte de la naturaleza básica
del ser).
Arjuna:¿Pero en realidad qué
ocurre en esa experiencia cumbre de realización si es posible
ponerla en palabras?
Lama Tashi: Hemos hecho un intento
de poner en palabras, pero esto es peligroso porque damos de nuevo un
objeto de referencia a la mente conceptual o intelectual, que intenta
de algún modo poseer la experiencia a través de una idea.
Esto es imposible porque la experiencia real trasciende ese proceso
de la mente dual de conceptos. Lo único que podemos decir es
-como ya hemos apuntado- que se trata de un estado de desbloqueo de
la lucidez, de las cualidades claras de la conciencia, la lucidez de
que estas cualidades son dinámicas..., de igual modo que en un
rayo de luz hay todos los colores del arco iris, cuando hablamos de
claridad incluimos el juego de todas las cualidades de la conciencia.
Arjuna: Cuando iniciamos
un camino espiritual entramos a menudo desde nuestro ego. Nos imaginamos
el nirvana o la iluminación como un paraíso que no es
más que el ideal del propio ego, de los propios sueños.
Lama Tashi: Exactamente es así.
El descubrir esto está muy bien; es el primer paso para acercarte
a la auténtica experiencia: el descubrir la diferencia entre
imaginar algo y la realidad desnuda. La auténtica realidad es
la realidad desnuda, "es lo que es". Entonces, en el camino
espiritual, uno tiene que ir abandonando cualquier idea a propósito
de "lo que cree que es", tanto en la expectativa de alcanzar
algo como en los temores de no alcanzar (esto aparece a menudo en los
textos budistas). El mismo proceso del sendero va limpiando las ideas
que uno tiene sobre el sendero; es decir, yo ahora estoy hablando de
una manera muy técnica, o intento explicar cosas, y paralelamente
te das cuenta que el método, o el sendero, o las explicaciones,
no son la experiencia en sí; no es nada más que un modo
indicativo o algo que te ayuda a situarte, pero la experiencia en sí
es natural en el sentido de que no es fabricada; desde luego, el camino
espiritual no la fabrica, simplemente te marca una metodología
para descubrir cosas y en ese descubrir vas abandonando toda idea o
proyección respecto a aquello que quieres descubrir.
¿Y cómo se consigue esto? Cada paso que das te va mostrando
que el sendero es así, que es el irse desnudando de ideas o confusión
respecto al camino o respecto a uno mismo.
Con esto me refiero – como bien dice Arjuna - al sentido de confundir
la iluminación con los propios sueños (por eso uno de
los libros que recomiendo leer es Más allá del materialismo
espiritual, de Chögyan Trungpa Rinpoché, pues es fundamental
para entender este tema).
Nosotros empezamos a practicar con una tendencia egocéntrica.
Éste es nuestro punto de partida, no existe otro. Y a medida
que vamos practicando, nos vamos haciendo conscientes de la dispersión
con la que practicamos. Al ir liberando esta dispersión, la práctica
te va acercando más a un estado de desnudez. Contra más
desnuda es, más cerca estás de la experiencia y cuanto
más cerca estás de la experiencia, más te das cuenta
que era lo que era, desde siempre. Por otro lado, esto es chequeable;
es decir, los pequeños momentos de experiencia que uno tiene,
poseen ese mismo sabor, lo que te va asegurando que el sendero que recorres
no es una fantasía más, sino que es verdadero.
Eusebio: En tus enseñanzas nos
alertas a menudo sobre los peligros de confundir anhelo espiritual con
ambición personal, convirtiéndonos en una ardilla que
va guardando trozos de naturaleza en su árbol, pero no se abre
a la naturaleza (cuando el ego ve un logro también lo guarda
en su arbolito). ¿Quiere esto decir que ética y sabiduría
hay que trabajarlas de forma conjunta?
Lama Tashi: Efectivamente. La
ética tiene que ver con el medio hábil, o sea, con el
modo en que nos relacionamos con la situación. Este modo ha de
ser a través del amor, la compasión y todas las manifestaciones
que salen de él (generosidad, paciencia, etc.). ¿Por qué
es esto así? Porque es comunicativo; es decir, esa tendencia
a separar el sujeto que percibe y el objeto percibido, así como
todo el juego de auto protección del ego a través de actitudes
que son más de abrir y de comunicar con la experiencia es más
fácil cuando el proceso de sabiduría va acompañado
con un soltar nuestra identificación con el ego. Ayuda a reunir
las condiciones favorables para que eso aparezca. Y además te
ayuda a integrar todo aquello que vas experimentando de una forma progresiva
(que normalmente suele ser el aspecto confuso de nuestro interior, como
egoísmo, orgullo, celos, etc.); es decir, al comunicar con la
experiencia, eres capaz de mirar la esencia de lo que hay de un modo
en el cual detrás de esa mirada no hay un afán de destrucción
o de aniquilar (eso sería un aspecto de aversión). Ese
aspecto de abrir es, por un lado, un antídoto al aferro que da
solidificación a las cosas y, por otro lado, un antídoto
a la aversión que intenta apartar las cosas, solidificándolas
también.
Arjuna: Quizás, desde la perspectiva
de la meditación, el ego es un instrumento y no hay que destruirlo
¿Cuál es la función del ego para que no interfiera
con
nuestra esencia?
Lama Tashi: Ya que desde el principio
el ego no tiene existencia propia, no se puede destruir. No obstante,
la cuestión a comprender radica en que el ego es una falsa percepción.
El ego desaparece en un momento determinado, pero mientras está
presente, en tanto que distorsión, es utilizado para descubrirlo,
ya que el ego también es un síntoma que te muestra dónde
está la distorsión. Es decir, la misma presencia del ego
como proceso en sí nos muestra dónde investigar; pues
si no contáramos con ese síntoma, no sabríamos
dónde investigar. Esta investigación te lleva a ver que
el ego no es nada más que un juego ilusorio, una aprehensión,
un aferro que uno hace sobre una serie de situaciones o movimientos
internos, dando la impresión de que hay alguien ahí. Por
tanto, cuando se dice que hay que utilizar el ego durante el sendero,
no se refiere a apoyarse en él para ir a otro sitio, sino a utilizar
el mismo proceso para descubrirlo, pues es precisamente el ego el que
te pone el lastre de descubrir lo que son las cosas. Cualquier momento
de lucidez o toma de conciencia de algo, así como la sensación
de que hay “alguien ahí que está siendo lúcido”,
es precisamente el origen del proceso del juego ilusorio de la dualidad.
¿Qué habría que hacer? Mirar dónde está
“ése [sujeto] que parece que está siendo lúcido
o consciente” de algo y descubrir que no se descubre nada [risas].
Cuando nos dicen “investiga y descubre algo”, parece que
tenemos que descubrir “algo” que podamos señalar
con el dedo o coger con la mano; sin embargo, generalmente la investigación
te lleva a descubrir que no hay nada que encontrar. Esto está
muy bien, porque no tienes nada nuevo a qué cogerte. Entonces
se fusiona el ver con el no encontrar, y ese no encontrar te ayuda a
mirar de un modo un poco más amplio (y, como en la meditación,
encontrarte con el espacio abierto).
Arjuna:¿Cómo puede ayudar
las diferentes líneas de psicoterapia a la espiritualidad? ¿pueden
complementar los métodos tradicionales de trascendencia?
Lama Tashi: La psicoterapia es
muy útil. A muchas personas que empiezan la meditación
les iría muy bien complementarla con la psicoterapia, ya que
ayuda a ver patrones. Pero el problema surge cuando se solidifica el
origen de donde surgen los patrones, pues en ese caso éstos no
se puede liberar del todo.
Los métodos tradicionales de trascendencia ayudan a llevar un
poco más lejos la psicoterapia, la cual es de por sí muy
hábil para descubrir procesos del ego.
Eusebio: ¿Le falta a la psicoterapia
el componente contemplativo propio de un camino espiritual?
Lama Tashi: Sí, le falta
el aspecto de sabiduría (no porque sea estúpida, pues
la psicología es muy inteligente) en el sentido de descubrir
la ausencia final de identidad de los patrones, ya que al buscar un
origen del patrón se solidifica – el patrón no es
nada más que una interrelación, un aspecto que aparece,
pero no es algo sólido en sí, es un juego más de
la conciencia-. Esto no quiere decir que no haya que buscar un origen,
pero sí ver que lo que te pasaba de niño y que ahora te
condiciona puede servir para descubrir que estás relacionándote
con las cosas a través de un patrón y eso te ayuda a liberarte;
sin embargo, muchas veces lo que se hace es justificar la acción
porque uno tiene un patrón y entonces éste se solidifica
de nuevo y se encuentra la causa (“la causa de tal cosa era que
me pasó tal otra de niño”), pero de hecho estás
perpetuando ese encarcelamiento, ese sufrimiento, debido al aferro al
pensamiento de ese recuerdo, volviendo a redefinir el ego en relación
al patrón. Creo que lo ideal sería la combinación
de las dos cosas; es decir, para una persona que tenga problemas está
bien que haga psicoterapia para descubrir el encadenamiento de una serie
de patrones, pero hay que ir más lejos, hasta que descubra que
ese encadenamiento en sí, a nivel último, no tiene sustancia,
y sea capaz de soltarse. Eso es lo ideal.
Arjuna:¿El terapeuta aquí
en occidente se ha convertido en una especie de gurú? Tal vez
es necesario clarificar términos. Nos preguntamos si es imprescindible
el maestro en el camino espiritual y qué relación como
occidentales podemos guardar con él/ella?
Lama Tashi: El terapeuta es un
tutor y en cuanto te ayuda a salir de la confusión y te hace
un bien, sientes un agradecimiento y un respeto sanos hacia él.
Pero otra cosa es el gurú. Ya sabemos cómo es el mercado
espiritual y los engaños tan fuertes que hay en él. Ahí
esta la responsabilidad del terapeuta: si ve que se mezclan neurosis
dentro del proceso de la relación, tendrá que ir limpiando
dicho proceso, igual que tendría que hacer un maestro.
Eusebio: ¿Hasta que el estudiante
va descubriendo ese maestro en su propio interior...?
Lama Tashi: Sí. De hecho,
en el contexto budista se dice que el maestro y el discípulo
son inseparables y que el maestro ayuda al alumno hasta que va reconociendo
la inseparabilidad entre ambos. Esto hay que entenderlo bien: es un
proceso de reconocimiento, no de tratar de erigirse el discípulo
en el maestro, sino que a medida que el estudiante va descubriendo que
su ego no es real, se encuentra con la naturaleza básica del
despertar presente en su interior y ve que el maestro hacía de
espejo de eso todo el tiempo; descubre que el maestro tiene la misma
naturaleza que él, que son lo mismo, pero no hay ningún
juego del ego detrás de este proceso. Esto va acompañado
de un amor y un agradecimiento extraordinario.
Eusebio: ¿Esta devoción
o amor incondicional se extiende hasta el resto de la realidad?
Lama Tashi: Exactamente. A todos
los seres. Al descubrir lo que es el maestro, lo ve en todos sitios
(en su interior, en el exterior..., y eso coincide con lo que hablábamos
del Vajrayana sobre la visión pura de la realidad).
Eusebio: ¿Qué le dirías
a una persona que medita por su cuenta, sin la guía de un maestro?
Lama Tashi: Que es muy fácil
errar y perderse. Es como quien se mete en un desierto y no tiene ningún
guía que conozca el camino. La mente es muy juguetona. Como decía
Muktananda, la mente es a la vez el policía y el ladrón
o, en nuestro caso, es el terapeuta y el paciente. Es muy fácil
confundirse. Por otro lado, meditar es un trabajo bastante sutil y,
como todavía hay muchas ideas equivocadas acerca de la meditación,
hace falta un tutor que esté bastante entrenado.
Eusebio: según las enseñanzas
del Vajrayana “la clara luz de la mente es una experiencia directa
que realiza el yogui cuando trasciende la dualidad sujeto-objeto, pero
esta vía no puede ser objeto de enseñanza porque la naturaleza
de la mente está más allá de las palabras y es
inaprensible por el pensamiento; es por eso que sólo pueden ser
recibidas gracias a la transmisión directa de la influencia espiritual
de un lama a su discípulo animado de confianza y devoción”
(son palabras de tu maestro, Khenpo Tsultrim G. Rinpoché). En
la sociedad actual no se comprende muy bien este tipo de experiencia...
Lama Tashi: es una experiencia
directa. Es como caer en la cuenta de algo cuando estás meditanto,
pero en este caso más intensamente. Te pasa sin ninguna idea
de que te vaya a pasar, es espontáneo, sucede sin más.
Es un reconocimiento, caer en la cuenta de algo.
Arjuna: A la luz de nuestro momento, de
nuestra época actual llena de convulsiones sociales, guerras,
globalización, poder, etc, ¿cómo interpretar las
Cuatro Nobles
Verdades que hablan del sufrimiento?
Lama Tashi: Como en cualquier
otra época [risas], porque forma parte de la situación
básica del individuo. Las épocas no cambian en este sentido.
Recordemos que las Cuatro Nobles Verdades (la toma de conciencia del
sufrimiento, ver cuál es la causa del sufrimiento, comprender
que hay una salida y que hay un camino) forman parte de la estructura
básica de la confusión, siempre ha estado presente en
las diferentes épocas. Nuestra época no es distinta a
ese nivel.
Eusebio: Hablando de la cuarta noble verdad,
¿qué camino hay en nuestra época para salir del
estado de confusión?
Lama Tashi: Para salir del estado
de confusión hay que conectar con una vía espiritual que
sea auténtica. Conectar con ésta depende del mérito
acumulado en vidas pasadas. Cultivar una actitud que permita generar
ese mérito es importante; es decir, una actitud en la que haya
un interés por el beneficio de todos (no solamente de uno mismo)
y una actitud de querer dejar de dañar a los demás y de
entrenarte en hacerles el bien: esto es empezar a acumular energía
positiva. Esa acumulación de energía positiva ayuda a
que los velos vayan disminuyendo en tu mente y, cuando aparezca una
persona o alguien que te haga entrar en contacto con un camino espiritual,
ese mismo anhelo de clarificación y de hacer el bien hacen que
sientas atracción por el sendero espiritual. Empiezas a recorrer
ese sendero chequeando siempre si tu motivación ha sido la buena
o no. Y de ese modo vas recorriendo el sendero, notando de dónde
surge el sufrimiento (del aferro al yo, de la ignorancia, etc.)
Eusebio: ¿Se puede recorrer el
sendero espiritual ayudando, por ejemplo, a las personas que pasan hambre,
sin necesidad de practicar ningún tipo de meditación?
Lama Tashi: Claro. Eso también
está ahí. Pero hay que tener en cuenta que en el enfoque
budista se trabaja no sólo con el amor y la compasión,
sino también con la sabiduría, el descubrir o mirar el
juego de la conciencia que genera la ilusión de un ego (que es
quien entra en todos esos juegos). Por tanto, la salida definitiva del
sufrimiento implica esa comprensión vivencial, porque es una
vivencia directa. Cuando hay sabiduría, el modo de mirar a los
demás es mucho más amplio y poderoso. Hay que crecer en
ambos aspectos: compasión y sabiduría. Como dice el maestro
Götsangpa en un cántico cuando habla de la compasión
[se refiere a “Melodía de los ocho giros de la lanza”]:
“agotadas las ambiciones egoístas nacen las olas de amor
libres de conflicto, sin tristeza de desánimo o interés
personal: estas cosas liberan la compasión, que “es como
una lanza que libremente ondea en el espacio”. Respecto a “las
olas libres de conflicto”, Khenpo Tsultrim Rinpoché comentó
hace poco que nuestro amor y compasión en la actualidad está
lleno de conflicto. Un ejemplo de esto es que normalmente sentimos compasión
por la víctima pero no sentimos igual compasión por el
verdugo. Si nuestra compasión de ayudar a las personas que pasan
hambre (o cualquier otra) va combinada con madurez espiritual y sabiduría,
nuestra acción compasiva tendrá un poder y una capacidad
de acción inmensa.
Eusebio: ¿La sabiduría tendría
que ver con el hecho de ser capaz de generar compasión también
hacia el verdugo?
Lama Tashi: Sí, pero esta
sabiduría se refiere a la comprensión de los procesos
de la conciencia que hemos explicado antes. Es entonces cuando la sabiduría
desbloquea la compasión, trascendiendo la idea de un ego involucrado
en el proceso de la compasión. No es algo que te esté
pasando a ti en relación a algo, sino que tú mismo encarnas
la compasión no conceptual de un modo completamente ecuánime,
tú “eres compasión”.
Eusebio: Cada vez va más gente
a los cursos de meditación. ¿Esto quiere decir que vivimos
en una época más consciente?
Lama Tashi: No sé si es
más consciente; lo que sí siento es que las tradiciones
del Tai Chi, Yoga, Chi Kung y otras que han empezado hace unos cuantos
años en occidente y que van cogiendo mucho prestigio está
ayudando a que la población en general tenga menos miedo hacia
lo oriental. Eso ha preparado el terreno para la meditación.
También hay que tener en cuenta la figura del Dalai Lama que
en el contexto del Budismo Tibetano se ve como alguien muy cercano y
no suena como algo estrambótico o estrafalario. Todo eso va quitando
temores hacia la práctica de la meditación. Además,
el hecho de tener nuestras necesidades materiales más o menos
cubiertas, hace que las personas empiecen a notar que hay un hueco ahí
(el hueco de la espiritualidad) y se acercan con menos temor al Budismo.
Por otro lado, el Budismo se plantea de una manera en la cual no hay
conflicto con el contexto en que uno vive ni con las tradiciones espirituales
autóctonas. El Budismo, como ocurre en el Yoga o el Tai Chi,
se presenta como una vía de conocimiento interior que no entra
en contradicción con tus creencias (ya seas cristiano, ateo,
etc.). Es una manera de acercarse a la espiritualidad muy sosegada,
sin necesidad de creer nada “a priori”, sin separaciones
entre lo sagrado y la vida normal, entre el aspecto de psicología
(en tanto que investigación racional) y espiritualidad, etc.
Parece como si todo se estuviera colocando un poco en su sitio para
aprender a meditar. Pienso que ahora hay más gente abierta a
este tema porque se han perdido los prejuicios y tabús y, además,
porque es un sendero espiritual muy integrador. ¿Tú que
opinas? [risas].
Eusebio: Opino que la meditación
es como un arte. Ese anhelo del que hablabas antes yo lo buscaba en
el arte, que es como un inmenso bosque que, cuando se enriquece con
la práctica de la meditación, se abre de par.
Lama Tashi: A mí me pasó
eso que dices, ese perfume que sentía cuando veía una
obra de arte era como una llave que se abría o una señal
que me estaba haciendo. Ya he entrado en ese campo que me estaba señalando.
Es una preciosidad esto.
Eusebio: La meditación es algunas
veces un engorro, un trabajo, pero un trabajo gozoso.
Lama Tashi: Para los que nos
ha picado el mosquito éste sí [risas].
Arjuna:¿Cómo cultivar la
ecuanimidad cuando el deseo, el miedo, la ilusión, el poder,
el éxito están tan presentes en nuestra sociedad?
Lama Tashi: Esto conecta con
lo que hemos dicho antes. La meditación ayuda mucho a eso porque
te hace distinguir lo que es importante de lo que no lo es. Lo banal
va cayendo por sí solo, así como el deseo, el miedo, el
poder, el éxito..., todo eso va perdiendo importancia. En esa
espaciosidad interna, la ecuanimidad va ganando terreno. Pero hay que
distinguir entre ese proceso de maduración y el “tomar
posturas”, todos somos muy aficionados a “ejercer de”.
Pero no se está hablando de eso, sino de un proceso real, y todo
proceso real implica crisis, tomar conciencia respecto a cosas que quizá
no te agradan: encontrarte con el deseo, el miedo, la ilusión
el poder, como decíamos antes cuando hablábamos de utilizar
el ego para notar la dispersión; pues aquí igual, no se
pega un salto a la ecuanimidad ignorando el deseo, el apego, etc. [risas],
sino viéndolos, vivenciándolos y dándote cuenta
que generan sufrimiento y que la auténtica felicidad no está
conectada con esto. De un modo natural va saliendo la renuncia y en
esa renuncia va abriéndose algo y esa ecuanimidad surge de esa
apertura.
Arjuna: ¿Cómo fue su experiencia
de hacerte lama? ¿Encontraste el camino de forma fortuita o sentiste
el destino abriendo paso? ¿Las mujeres lama lo tienen más
difícil dentro de una jerarquía tradicionalmente masculina?
Lama Tashi: No tenía ninguna
intención de hacerme lama ni nada de esto. No sabía ni
lo que era eso. Encontré el Budismo a través de mi maestro
en India [se refiere a Kenpo Tsultrim Gyamtso Rinpoché]. No sabía
nada de Budismo, pero cuando lo encontré a él y empecé
a escuchar enseñanzas sobre Budismo sentí que conectaba
con algo muy profundo de mi ser, que era algo como si fuera mi propia
familia. Es lo que estaba sintiendo y que vivenciaba a través
del arte, pero no sabía expresarlo de una manera tan clara como
cuando encontré las enseñanzas del Mahamudra, etcétera.
Después de hacer el retiro de tres años y tres meses,
en clausura, fui a Nepal. Mi intención era quedarme practicando
allí junto a mi maestro, pero las circunstancias no me lo permitieron;
tuve que volver a España y, durante cuatro o cinco años,
estuve alejada de Khenpo Tsultrim por diferentes circunstancias adversas
que se iban presentando. Entonces fue cuando empecé a dar enseñanzas.
Al ver que lo poco que sabía podía servir para algo, fue
para mí un gran sosiego espiritual. Poco a poco, de una manera
instintiva, fue fusionándose todo (el aprendizaje del retiro
con las vivencias que estaba experimentando, las adversidades, etc.),
y apareció la oportunidad de las enseñanzas que estoy
impartiendo ahora. Me he dado cuenta que fue precisamente la bendición
del linaje lo que me puso en ese lugar, y que era necesario todo aquello
que pasó.
Entonces, respecto a la pregunta de si encontré el camino de
forma fortuita o si fue el destino abriéndose paso... las dos
cosas a la vez.
Arjuna: ¿Las mujeres lama lo tienen
más difícil dentro de una jerarquía tradicionalmente
masculina?
Lama Tashi Lhamo: Sí si
estás dentro de la jerarquía [risas]. Poco más
habría que decir. Si no lo estás, pues no tanto. Además,
yo tengo un gran apoyo de mi maestro y, como funciono de una manera
autónoma, no me encuentro con esos problemas en la actualidad;
pero si estuviese en contacto con la jerarquía eclesiástica,
sí se nota que hay como una discriminación que poco a
poco va desapareciendo. Hay que tener en cuenta que el contexto en el
que nace el Budismo es una sociedad bastante medieval comparada con
la occidental. Nosotros mismos, en occidente, tampoco somos muy ecuánimes
respecto al hombre y la mujer. Hasta hace poco, en la época de
nuestras madres, para conseguir el pasaporte tenías que tener
el permiso del marido. Y muchas otras cosas. Y eso fue antes de ayer.
Es lo que pasa; sí, sí hay esto, pero por otro lado, como
el Budismo es tan extremadamente abierto en sí, como mentalidad,
permite una fluidez en el cambio que a lo mejor otras tradiciones no
la tienen. O sea, que quizá en diez o quince años de integración
del Budismo en occidente es capaz de evolucionar con rapidez, integrando
nuevas formas de vida que quizá a otra creencia le costaría
más.
Arjuna: ¿Entonces qué le
dirías a las mujeres que se inician en el Budismo o en un camino
espiritual?
Lama Tashi: Pues lo mismo que
a los hombres [risas]. Nada más. Que descubran la auténtica
naturaleza de su mente y que trabajen para cambiar las tendencias negativas
en tendencias positivas. Y eso es todo. No hay ninguna diferencia. Es
lo mismo.
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