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Los Sikhs, pueblo religioso y guerrero |
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Guru Nanak fue un personaje clave, en cierto sentido, en la historia de la India y, sobre todo, en la del Punjab. Nació en Lahore en 1469 y como pertenecía a una casta superior (era kshatriya), su infancia se desarrolló desahogada y llena de bienestar. Y hasta llegó a casarse en buena posición. Pero en un momento crucial para su vida, como antes le ocurriera a Buddha, hizo la renuncia total para dedicarse a enseñar sus principios a los hombres. Murió en 1538 después de haber nombrado como sucesor a Angard. EL GRANTH Y AMRITSAR La esencia del libro puede resumirse en los principios siguientes: La capital religiosa es Amritsar, en el corazón del Panjab. Es allí, al final de numerosas callejuelas, donde está el Gran Templo Dorado, particularmente abarrotado el día de la fiesta principal, que coincide con nuestro 20 de noviembre. Muchos peregrinos visitan este lugar alojándose en unos palacetes en medio de un hermoso estanque construido por los peregrinos sikhs, y en unas casitas de bellas fachadas con balcones y columnas que descienden hasta un paseo de baldosas blancas que contrastan con el maravilloso color del templo. Siguiendo el paseo se entra en el edificio sagrado por una de las cuatro puertas que, situadas en las respectivas fachadas, dan acceso al interior. En una amplia sala del primer piso se encuentra, según la traducción, el manuscrito original del Granth que se conserva entre velos y terciopelos rojos, dos hombres recogen y toman nota de las ofrendas de los peregrinos. Por una escalerilla, desde este mismo aposento, se sube al piso superior, en donde, día y noche, hay siempre alguien que canta los versículos sagrados. Pero lo más sorprendente del templo sikh se encuentra en su exterior: el piso inferior de color blanco y el superior ocre, en cada una de las cuatro esquinas se alza un alminar de oro que le da el nombre de Templo de Oro (Golden Temple). SU EVOLUCIÓN HISTÓRICA Su hijo, Arjun Hall, escribió el Adi Granth y dio cima al templo comenzado por su padre. Odiado por los poderosos enemigos del imperio mogol, muerto ya Akbar, al ver la prosperidad de los sikhs, estos comenzaron a sufrir persecuciones que finalizaron, al menos momentáneamente, con el envenenamiento de su dirigente en 1606. Este acontecimiento hizo que la comunidad inofensiva pasase a vengativa y en esta misma fecha empieza la historia de los sikhs como pueblo guerrero. Tomaron las armas a las órdenes de Har Govind, hijo del mártir, y aunque al principio ganaron algunas batallas, después tuvieron que refugiarse en los Himalaya. LA PRUEBA DEL VALOR Con este gesto simbólico, los sikhs cobraron una nueva dimensión guerrera, pero a pesar de todo la fortuna no les fue propicia y, luchando contra tropas imperiales, el propio Govind Singh murió en Nadi. Era el año 1708. LA DECADENCIA DE UN PUEBLO Por segunda vez, en 1927, la secta volvió a quedar minada por el cisma. Se dividió en dos grandes grupos los nanakpanthis, seguidores de las enseñanzas de Guru Nanak, fundamentalmente religioso, y continuadores de Govind Singh, llamados singhs, especialmente guerreros; el primer grupo se puede equiparar con los sahidhari y el segundo con los kesdhari. Si entonces el sikhismo no desapareció fue por curiosas razones políticas: como no se nace sikh, sino que a edad adulta se entra en la secta, la mayoría de los jóvenes no se encontraban muy inclinados a aceptar una fe que les exigía mucho esfuerzo para permanecer en el camino recto, pero, los oficiales ingleses, reconociendo que la religión sikh era extraordinaria a la hora de formar temperamentos guerreros, insistieron para que los hijos de los sikhs fueran entrando en esta religión, para lo que obligaron a que los descendientes de los sikhs, si querían entrar en el regimiento de sus antepasados, orgullo de todo panjabi, debían ser sikhs. Y esta disposición tuvo el efecto deseado. LOS SIKHS EN EL SIGLO XX Se caracterizan por su peculiar atuendo, rematado por un colorido turbante, e incluyen las cinco 'k', refiriéndose a cinco cosas que en el idioma del Panjab empiezan por dicha letra, son: kash (pelo), kangha (peine de madera), kara (pulsera de hierro), kach (pantalones cortos) y kirpan (sable). Hoy en día se dedican a cualquier profesión, desde la más seria a la más pintoresca. Muchos son campesinos o tratantes de ganado. Los que se concentran en las ciudades suelen tener la profesión de chóferes públicos, pero la mayoría sirven en el ejército de la Unión India.
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Susana Ávila |
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